ByKassidy Arena, Midwest Newsroom and Iowa Public Radio |
Las leyes de 'Quiet Title' en todo el Medio Oeste pueden afectar desproporcionadamente a los propietarios que no hablan inglés, como Natalia Esteban, que emigró de México hace más de 20 años.
Los trabajadores manifestaron haber sido informados que sus lesiones eran a causa del "dolor de adaptación”, mismo que proviene de ajustarse a la vida en una planta empacadora de carne. Pero algunas lesiones eran lo suficientemente graves como para justificar pruebas y tratamientos adicionales. En un caso, un empleado fue obligado a trabajar con lo que resultó ser una vértebra fracturada.
Durante décadas, la industria cárnica ha contratado a inmigrantes y refugiados para realizar el peligroso trabajo de cortar carne, para consumo en los Estados Unidos. Ahora, un pequeño pero creciente número de plantas empacadoras están recurriendo a trabajadores bajo programas de visas.
El salpullido -también conocido como urticaria-, los dolores de cabeza y los vómitos, son problemas de salud asociados a la intoxicación pornicotina que los trabajadores agrícolas pueden padecer en los cultivos de tabaco de Carolina del Norte.
Some regional nonprofits administering Gov. Tony Evers’ $322 million emergency rental assistance program may be unintentionally discouraging non-U.S. citizens from applying — even though immigration status holds no bearing on eligibility for the federally financed program.
ByHeather Schlitz, Centro de Reporte Investigativo del Medio Oeste |
En abril, a pesar de su fiebre, un trabajador de la industria de las empacadoras de carne continuó extrayendo los huesos del cuello de los cerdos en una planta de la compañía JBS en Iowa.
Dos semanas después, dio positivo a Covid-19. Pero mientras tanto, dijo, siguió marcando su entrada debido a un sistema de asistencia sancionador bastante común en las plantas : el sistema de puntos.
ByHeather Schlitz, Centro de Reporte Investigativo del Medio |
Un día de junio, el teléfono de María Romero sonó, al contestar escuchó la aterradora respiración entrecortada de su madre.
La trabajadora de la planta avícola de Arkansas, de 59 años, con un susurro débil le dijo a su hija que había sido llevada de urgencia a la sala de emergencias, donde le diagnosticaron COVID-19. María Romero apenas podía entender las palabras, pero sabía que su madre se encontraba asustada y confundida.
“Ella sabía que algo andaba mal, pero no sabía qué estaba pasando,'' dijo Romero, de 36 años. “Podía percibir que estaba asustada.”
ByPor Frank Hernández, Midwest Center for Investigative Reporting |
Traducido por Beatriz Oliva
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Pedro Cabrera Flores, de 70 años, pasó los últimos ocho veranos empacando ejotes en latas, en la ciudad de Gillett en el estado de Wisconsin. Para volver a ser contratado, Pedro tenía que completar la temporada, pero en agosto, tomó la decisión de dejar su trabajo porque se sentía inseguro, dijo. A los nuevos trabajadores no se les practicaron pruebas para detectar el coronavirus, mencionó. “Llegaban y no los ponían en cuarentena”, dijo Cabrera Flores. “Al segundo día empezaban a trabajar, y estas personas venían de lugares donde la pandemia está a todo lo que da”
Seneca Foods, empleador de Cabrera Flores, no hizo comentarios al respecto, a pesar de varias solicitudes que se hicieron.
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